Sunday, September 04, 2005

Pinina (Cronicas de un amor anunciado)

Nuestras miradas se encontraron por primera vez una fría mañana de otoño, en mi helada sala de clases, conocida como el acuario.
Yo estaba en media, era muy imberbe en materia amores, solo tenia un par de besos acuestas. Y un desgarro producido por la indiferencia de mi amor de infancia.

Algo en mi tristeza te llamo la atención, aunque cuando te vi, trate por todos los medios de que me pescaras, por suerte mis actos no fueron en vano, ya que con una risa y un autoadhesivo de la colecta que andabas haciendo, pagaste mi rutina.
Partiste, dejando una estela de dudas y un problema más en mi ya enrollada existencia.

¿Como conocerte?

Empecé a buscar información sobre ti, ¿cómo te llamabas?, ¿en que curso estabas?,. Sin embargo, una respuesta no fue muy alentadora.
Eras un poco menor que yo , bueno estabas en octavo, lo cual ya era un problema, lo de profanador de cunas no era un adjetivo de cual estar orgulloso según mi prejuicioso raciocinio, a pesar de esto , supe que estabas en los scout , buen punto ya que tenia muchos amigos ahí, que eras la mina promesa del colegio, ¡ uff! De eso ya me había dado cuenta y por ultimo supe que tenías el corazón roto. Chócale estamos listos dije.

Pero no te volví a ver, por un largo tiempo.

Con el entusiasmo y el misterio menguado por la falta de contacto, una noche te encontré, fue en un cumpleaños al que con mis amigos llegamos como era costumbre, de colados. En medio del baile y del carrete supe que era tu cumple y que estábamos en tu casa, lo que me dijiste en plena vuelta de merengue que estábamos bailando y del cual por el copete y tanto giro ya estaba mareado.

Terminamos presentándonos y conversando dramas familiares en la escalera de tu casa, ahí comenzó todo

Comenzaste a venir seguido al colegio por las mañanas, yo al saber que estabas aquí me volvía loquito, inventando cualquier excusa para salir de clases o aprovechar un descuido de los profes para arrancarme por la puerta de atrás del acuario. Conversábamos por largo rato siempre atento a que el orejón del inspector no nos pillara. Empezó a ser costumbre.

Comenzaba la primavera y yo enamorado, no me lo creía. Paralelo a mi historia, mi amigo “el oso”, también estaba “profanando” aunque el ya estaba acostumbrado, esta vez era una niña que cantaba, por lo cual el perla con lo desafinado que es, se las dio cantante.

Mas tarde mi amigo daría con la nota.

Ya estábamos en la semana del aniversario del colegio, magno evento estudiantil y la mejor instancia del año para búsqueda de una minix o pegarse su agarron, salvatore del año, en la fiesta siempre hay un airecito calientito

Y yo mas lento que un bolero , solo te abrazaba y no me atrevía a pedirte que anduvieras conmigo, además tu estabas amenazada parece por las amigas de tu hermana , que no te pescaban por que una de ellas andaba a la siga mía , todo por culpa de un agarre sin mayor importancia, en fin mis amigos me dijeron que no fuera gueon y que me apurara , sino te aburrirías y para variar solo terminaría.

Con el miedo a perderte, te pedí que anduvieras conmigo, después de una caminata larga, recurriste al viejo truco, me dijiste que mañana me responderías, ya todo tiriton, no me quedaba otra que esperar.
Pensando en los presagios de mis amigos, recurrí a mis contactos para saber como iba en las apuestas, llame a tu prima y ella me dio el dato, que recién la habías llamado, que le habías preguntado como era yo, la negra no aguanto más y me dijo que mañana iba estar pololeando.

Después de una noche que con suerte pegue pestaña, y una mañana en beker, mas nervioso que la cresta estaba parado frente al portón del colegio, parece que era veinte de octubre o veinticuatro, salías a las 7.20 de la tarde. Había un airecito frió que refrescaba mi rostro tenso. Aunque sabia la respuesta tu no te pronunciabas, caminamos por dieciocho abrazados, sacando ramas para jugar al me quiere mucho, por suerte me salían todos me quiere, solo ella sabe si fue mucho, poquito o nada.,

Tú ibas en silencio y yo construía palabras sin sabor a nada, llegamos al final de la calle, donde me dijiste que te repitiera la pregunta de ayer, ante de decir algo un beso me callaba, nos fuimos besando por las calles y la esquinas, eran besos cortos, tiernos, clandestinos ya que estabas sin permiso.
El de la despedida fue rabioso por que se terminaba el tiempo de estar juntos, tu viejo llegaría de la pega.

Te deje en tu casa , en la esquina de vuelta el Mando y su tropa me cobraron peaje, unas monedas pa’ cigarros fue el precio para que subieran la barrera .corriendo mas feliz que nunca, por el camino del diablo, llegue donde la Vivi, ahí con mis amigos, celebramos mi victoria. Mi primera victoria.

Ya era un pololo, yo el que no creía en esos formalismo era un pololo y por si fuera poco con una pendexs, eso si con la mas linda de las pendexs..............

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

caipé, acabo de leer tu columna culiaoh! háaa; está divertida... sobre todo por esa hueá de los factores comunes - digamos- y... no me digas que la escribiste con ternura culiaoh!.
háa.

zorro.
situación.
aberración.
filete.

6:15 AM  

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